9 sept 2006

CUIDADO

- PRIMER MANIFIESTO DE ANARCOTIRANÍA -

Seremos breves –nuestra dilatación así lo exige. Seremos directos –la confusión vendrá después. No queremos discursos electrizantes, sino hechos de índole transmutadora. Si nos andamos por las ramas es para devorar sus frutos, y si bajamos de ellas lo hacemos con el flexible propósito de detonar la magia explosiva del pensamiento activo, recreactivo.

La Anarcotiranía es un concepto verbalmente indefinible. No se trata, como pudieras sospechar, de la dictadura moral o intelectual de los principios anarquistas. Tampoco es la justificación ideológica de la conducta anárquica del déspota. La voluntad de anarcotiranía, por encima del bien y del mal, pretende maximizar la libertad del ser en todas sus manifestaciones con el fin de ampliarlo hasta el colapso si es preciso, pues preferimos sucumbir en las tempestades del exceso que en las edulcoradas cloacas de las sociedades sin nervio. Entendemos que sólo es posible vivir libremente en tanto que los demás están a nuestro servicio. Pero no todos pueden llegar ni mantenerse a la altura requerida por la servidumbre ajena, ya que para comenzar a ser libre hay que templar el espíritu atreviéndose a probar la verdad desnuda del dragón que se oculta en la intimidad sinuosa de cada átomo de carne.

No somos inocentes -las normas se nos quedan pequeñas. No somos culpables -hemos arriesgado dignamente los cerebros en campos de batalla donde nacen y mueren universos de magma entre vértigos de seda. Con los latidos mecemos las trampas del tiempo, por eso ya nada nos preocupa. Adelante, afilad vuestro miedo, tan acostumbrados estamos a deshacernos y reconstruirnos para comprobar la magnitud de nuestra fuerza que incluso nos ponemos en guardia contra esta poderosa facultad, pues sabemos de lo que es capaz quien se arroga los vicios de un dios: puede volver a creerse demasiado humano.

Por nuestras miradas podrás adivinar que hemos crecido en el laberinto custodiando un secreto para el que no se han diseñado llaves ni cerrojos. Somos guerreros; exigimos al mundo el tributo de una casta noble y ancestral. Celebrad nuestra gesta o exterminadnos. La sangre tiene sed de nuevos corazones.

1 comentario:

  1. Saludos desde el laberinto.
    No sé si te has parado a pensar que la anarquía no es buena para nadie,
    excepto para la gente.

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